El teleférico de Quito, un pasaporte a las nubes

Para aquellos viajeros ávidos de nuevas experiencias, el Teleférico de Quito se erige como un portal hacia un paraíso natural enclavado en los Andes ecuatorianos. Desde su punto de partida a 2.950 metros sobre el nivel del mar, este maravilloso sistema de transporte, uno de los teleféricos más altos del mundo, brinda un suave ascenso a las alturas, alcanzando una altitud máxima de 4.100 metros.

El trayecto cautiva por sus vistas panorámicas que quitan el aliento, abarcando la majestuosidad de Quito y los imponentes volcanes que rodean la ciudad.

Pero este tesoro natural no se reduce solo a impresionantes panoramas, también ofrece una oportunidad para explorar el Área de Intervención Especial y Recuperación Pichincha – Atacazo, de más de 23 mil 400 hectáreas, donde se puede encontrar un ecosistema de páramo acompañado de fauna silvestre y flora típica andina.

Esta zona es privilegiada por sus recursos naturales y sus fuentes de agua que dotan del líquido vital a Quito.

El Teleférico de Quito es una experiencia para todos los públicos, los más aventureros pueden disfrutar de actividades como el senderismo y ciclismo de montaña, acompañados siempre de un guía. Este lugar está abierto durante todo el año, con fácil acceso desde el centro de la ciudad, lo que lo convierte en una experiencia turística emocionante en cualquier temporada.

La capital de Ecuador es la más cercana al sol y el único lugar donde es posible poner un pie en el hemisferio norte y otro en el hemisferio sur. En Quito convergen lo prehispánico, lo colonial, lo tradicional y lo moderno. Su casco histórico fue reconocido como el Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad a nivel mundial. Además de centro cultural y artístico del país, ofrece una gastronomía excepcional y es la puerta de entrada a los cuatro mundos de Ecuador: Galápagos, Costa del Pacífico, Andes y la Amazonía.

Más información en:   https://visitquito.ec/